En la línea de terminar - algún día, probablemente cuando la pandemia sea apenas un recuerdo torcido - las obras completas de Jorge Luis Borges, estuve leyendo Siete Noches (1980). Es un gran título Siete Noches para un libro o para una película: uno se puede imaginar un viaje de siete noches o un amor de siete noches. Y algo de eso hay, porque son siete conferencias, siete viajes, en las que Borges habló de algunos de sus grandes amores, obsesiones o tormentos: “La Divina Comedia”, “La pesadilla”, “Las mil y una noches”, “El budismo”, “La poesía”, “La cábala” y “La ceguera”.
Leo por acá y por allá que las conferencias fueron dictadas en 1977, y luego Borges las editó
con Roy Bartholomew y se publicaron en 1980. Aparentemente, Bartholomew le leía
los párrafos a Borges hasta siete veces hasta que finalmente el hombre
aprobaba. El resultado son textos que parecen orales sin todos los vicios de la
oralidad, que es, al fin de cuentas, otra manera de decir literatura. Las
conferencias se pueden escuchar en este link, pero suenan mucho mejor en papel.
Algunas ideas se
repiten en distintas conferencias. Una es que los libros son cosas vivas que se
transforman con el tiempo y las nuevas lecturas: “la Comedia (...) será enriquecida por cada generación de lectores” (p.
228); “Las mil y una noches no han
muerto. El infinito tiempo de Las mil y
una noches prosigue su camino.” (p. 263); “Cambiamos incesantemente y es
dable afirmar que cada lector de un libro, que cada relectura, cada recuerdo de
esa relectura, renuevan el texto. También el texto es el cambiante río de
Heráclito.” (“La poesía”, p. 278) Esta idea es central a Borges en tanto él era,
ante todo, un lector y alguien que reescribía lo leído (y su propia obra) una y
otra vez. Borges fue seguramente el mejor lector de Borges.
Otra idea o
concepto es la centralidad de lo estético, que aplica tanto a los sueños como
al propio idioma. Su primera conclusión en “La pesadilla” es “que los sueños
son una obra estética, quizá la expresión estética más antigua.” (p. 253) El
propio lenguaje es eso cuando uno lo desnaturaliza; esto es, cuando mira un
lenguaje desde afuera, no como nativo. “El lenguaje es una creación estética.
(…) Al estudiar un idioma, uno ve las palabras con lupa, piensa esta palabra es
fea, ésta es linda, ésta es pesada. Ello no ocurre con la lengua materna, donde
las palabras no nos parecen aisladas del discurso.” (p. 281)
La tercera idea no
sé si Borges la expresa en algún lugar o si es una idea mía (a veces ocurre…) y
es la duplicidad del concepto borgeano de la literatura. Mirándola del lado del
escritor, la literatura es, quizás como los sueños, una manera de procesar las
desventuras de vivir: “Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un
destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas
cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en
palabras, sobre todo las cosas malas, ya que la felicidad no necesita ser
transmutada: la felicidad es su propio fin.” (p. 307) “Un escritor, o todo
hombre, debe pensar que cuanto le ocurre es un instrumento; todas las cosas le
han sido dadas para un fin y esto tiene que ser más fuerte en el caso de un artista.
Todo lo que le pasa, incluso las humillaciones, los bochornos, las desventuras,
todo eso le ha sido dado como arcilla, como material para su arte; tiene que
aprovecharlo.” (p. 311) Del otro lado, sin embargo, del lado del lector, la
literatura es puro placer y felicidad: “la idea de la lectura obligatoria es
una idea absurda: tanto valdría hablar de felicidad obligatoria. (...) he
enseñado a mis estudiantes a que quieran la literatura, a que vean en la
literatura una forma de felicidad.” (p. 282)
Perlitas:
· “El
encanto es, como dijo Stevenson, una de las cualidades esenciales que debe
tener el escritor. Sin el encanto, lo demás es inútil.” (p. 229)
·
“la
amistad es nuestra pasión argentina” (p. 233)
·
darme
cuenta que nightmare es la “yegua de
la noche” (p. 246)
·
“¿Qué
es la magia? La magia es una causalidad distinta.” (p. 260)
No hay comentarios:
Publicar un comentario