Me metí en un curso de Kafka con Santiago Llach.
Los primeros cuatro cuentos a leer son “La condena”, “El fogonero”, “La
metamorfosis” y “Ante la ley”. Estos son mis apuntes desordenados y veloces.
“Before the Law” / “Ante la Ley”
Una persona viene del campo y se acerca a la Ley.
El guardia le dice que no puede pasar ahora, pero quizás más adelante sí, y le
dice que hay muchos guardias de allí en más. El hombre del campo piensa que la
Ley “sin duda debería ser accesible para todos” (p. 3) pero haga lo que haga,
el guardia no lo deja pasar. “Se sienta ahí por días y años” (genialidad, p. 3)
hasta que finalmente, ya viejo y cerca de la muerte, le pregunta al guardia
cómo es que nadie más se acercó a la puerta. El guardia le dice que esa puerta
era solo para él y la cierra.
Apuntes. Un montón de tópicos kafkianos en dos
páginas. Aunque el hombre está afuera, está encerrado. No sabemos por qué razón
quiere acceso a la ley: ¿alguien le hizo un daño, él debe expiar una culpa? No
hay instrucciones: el hombre debe esperar ahí a que algo suceda, nadie le dice
cuál es el procedimiento. Soledad: está ahí solo, sin contacto con nadie más
que el guardia, representante de una estructura mayor. Y claro, la Ley es el
padre.
“The Judgment”
Georg Bendemann, un joven comerciante, le escribe a
un amigo que se mudó a Rusia. Como su amigo no está bien allí, no quiere ni
hacer referencia a los problemas del amigo ni a su propio éxito (comercial y
emocional, ya que Georg está comprometido con una chica de “una buena
familia”). Al terminar de leer la carta, y llevado quizás por la culpa, decide
ir al cuarto del padre, donde “no había entrado por meses”. Al principio el
padre parece enfermo, disminuido; Georg le cuenta que le escribió una carta a
su amigo y luego lleva al padre en brazos a la cama. Pero de pronto hay un
cambio (¿una metamorfosis?): el padre ya no es débil, y acusa a Georg de
quererlo muerto (“Vos querías cubrirme del todo”, p. 84), lo acusa de tratar
mal a su amigo de Rusia, de sacarle el negocio a él. Pero sobre todo condena que
haya decidido casarse; porque su prometida “se levantó las polleras (...) has
deshonrado la memoria de tu madre, traicionado a tu amigo, y encerrado a tu
padre en cama para que no pueda moverse.” (p. 85) El padre se agranda, se para
sobre la cama, le grita a Georg, que al principio le hace frente pero de a poco
se va apocando frente al padre, quien finalmente condena al hijo y dicta como
sentencia muerte por ahogamiento; tras ello George sale corriendo del cuarto y
de la casa y termina tirándose al río.
Apuntes: obvias interpretaciones biográficas, el
padre distante y agresivo y el compromiso (Felice, Frieda). Como en “La
Metamorfosis”, el hijo muere. Como en "La Metamorfosis", si el padre crece, el hijo decrece y vice versa. La ley, siempre la ley.
“The Metamorphosis” / “La Metamorfosis”
Gregor Samsa es viajante en una empresa, obligado a
trabajar allí para pagar las deudas de sus padres, aunque sueña con irse. La
empresa es pura disciplina y rigor. Un día, Gregor se despierta y es un insecto
gigante; no solo tiene el aspecto de insecto, sino las características: cambian
sus gustos en cuanto a la comida, su familia ya no le entiende cuando habla,
etc. Gregor queda totalmente aislado; lo encierran en su habitación (en p. 110
habla de “encierro” o “encarcelamiento” - “imprisonment”), donde le dejan
comida, no le hablan ni él puede hacerse entender; incluso se esconde debajo de
una sábana cuando entra la hermana a alimentarlo para que ella no sufra
viéndolo, y eso lo describe como un “entelonamiento y confinamiento”
(“curtaining and confining” p. 114). Gregor está encerrado en el cuerpo de un
insecto, encerrado en su habitación, totalmente aislado, solo, en medio del
hogar familiar. La soledad es total cuando Gregor escucha a su madre decirle a
su hermana que cierre la puerta; “and he was left again in darkness”, “y lo
dejaron de nuevo en la oscuridad” (p. 125). Finalmente, la hermana dice que
tienen que sacarse de encima al insecto: “we must try to get rid of it” (p.
133). Lo peor es que Gregor es consciente de todo esto, pero su familia no se da cuenta de que él
se da cuenta; la incomunicación es total, es aislamiento es total (p. 134/135). Poco después, Gregor muere y la familia vuelve a la normalidad (o mejor): termina con una salida a un parque, todo aire y luz, y la hermana floreciendo.
Tres metamorfosis: la de Gregor en un insecto; la
del padre, que pasa de la debilidad y la incapacidad a volver a trabajar y
ponerse la familia al hombro (p. 120/121); la de la hermana, que al final,
“florece” (“she had bloomed into a pretty girl with a good figure”, p. 139.)
La primera tercera: no sé si Kafka inventó la primera tercera, pero es una cosa muy especial; vemos todo desde el punto de vista de Gregor pero en tercera persona. Por un lado, sentimos con Gregor, por el otro no es extraño.
Obviamente se puede interpretar de mil maneras: el
tema padre / hijo, siempre presente. Como en "La condena", la relación padre hijo está en un subibaja: cuando uno crece, el otro decrece. Hay una interpretación freudiana (Walter H. Sorkel, "Freud and the Magic of Kafka's Writing"): Gregor
tenía el deseo de salirse del trabajo al que estaba obligado por las
convenciones sociales; reprime ese deseo, que termina manifestándose en un
fallido descomunal, por el que se convierte en insecto; así cumple el deseo
prohibido y es a la vez castigado por hacerlo. Pero la interpretación que más me gusta a mí es la del
artista: Gregor es un artista atormentado, aislado, incomprendido, que no puede
vivir en el seno de la sociedad / la familia burguesa; es, se convierte en, "un bicho raro", y solo
cuando sale de ahí, muriendo, su familia puede ser una auténtica familia
burguesa.
“The stoker” / “El fogonero”
Karl, de 17 años, fue seducido por una mucama, que
tuvo su hijo, y sus padres se desembarazan de él mandándolo a América. Lo vemos
a Karl el día que llega a Estados Unidos (“El fogonero” es el primer capítulo
de la novela América). Antes de bajar, le pide a alguien que conoció en el
barco que le cuide la valija mientras baja a buscar un paraguas que olvidó.
Pero nunca llega al paraguas, entra como en un laberinto de pasillos y
camarotes, se pierde, empiezan a suceder cosas raras con el tiempo, y de pronto
termina encontrándose con un fogonero del barco. El fogonero le cuenta todas
sus quejas con la empresa, por culpa del ingeniero jefe, Schubal. Karl termina
acompañando al fogonero a las oficinas del barco, donde quiere presentar sus
quejas. Allí se produce una escena que es como un juicio (otra vez), donde Karl
hace de defensor del fogonero ante el capitán del barco. Pero el fogonero no se
ayuda mucho a sí mismo, hace una diatriba interminable, “estaba fuera de
control”. Luego llega Schubal, que viene a defenderse de las acusaciones del
fogonero. Y en eso, de la nada, un señor distinguido que estaba con el capitán,
con un bastón de bambú, le pregunta el nombre a Karl y se identifica como su tío
Jakob. El tío termina de contarle a todos que Karl es su sobrino y las
condiciones por las cuales vino a América y Karl vuelve a recordar su valija,
pero intenta seguir defendiendo al fogonero, quien lo felicita por encontrar al
tío, y deja de pelear, parece darse por vencido, y el tío empieza a sacarlo
de allí y termina llevándoselo a tierra en un bote, donde Karl llora, piensa
que es como si ya no hubiera fogonero “y se pregunta si este hombre [su tío]
sería capaz en algún momento de reemplazar para él al fogonero” (“he wondered
whether this man would ever be able to replace the stoker for him”). Así, el
fogonero, con quien Karl parece haber estado apenas unos minutos, a lo sumo una
o dos horas, adquiere el status de un padre: su padre fue reemplazado por el
fogonero y este, quizás, será reemplazado por el tío.
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