Leí, finalmente,
un libro del que había escuchado hablar y leído citas un millón de veces desde
la adolescencia, edad en la que generalmente se lo lee: El hombre en busca de
sentido, de Viktor Frankl.
En pocas palabras,
Frankl, un psiquiatra austríaco que sobrevivió a los campos de concentración
del nazismo, utiliza esa experiencia para transmitir “que la vida tiene
potencialmente sentido bajo cualquier conjunto de condiciones, incluso las más
miserables” (l. 74). Esa es, por otro lado, la base de su escuela psicológica,
la logoterapia, que “se enfoca en el sentido de la existencia humana y en la
búsqueda de tal sentido por el hombre. Según la logoterapia, la lucha por
encontrar el sentido en la vida es la principal fuerza motivacional en el
hombre.” (p. 98) La “principal preocupación del hombre no es lograr el placer o
evitar el dolor sino más bien ver sentido en su vida” (p. 113).
El libro me hizo
sentir viejo. Viejo y fuera de época. Porque estoy bastante de acuerdo con
Frankl o, más bien, creo que intento vivir mi vida con una ética más o menos
similar. Dice Frankl que el hombre enfrenta siempre una tríada trágica de
dolor, culpa y muerte, pero que esa tríada puede enfrentarse con “optimismo
trágico”, un optimismo que permite: “(1) convertir el sufrimiento en un logro o
un éxito; (2) obtener de la culpa la oportunidad de cambiarse a uno mismo,
mejorándose; y (3) obtener de la transitoriedad de la vida un incentivo para
tomar acciones responsables”. He tratado de trabajar en cosas en las que veo o veía sentido, trato de ser un buen padre y buen amigo de mis amigos, de ayudar a
otros a enfrentar esa tríada trágica, de vivir con responsabilidad. Pero vivimos en una época que glorifica
el sinsentido y hablar de todo esto me parece totalmente fuera de época. Así como
los beat vivían bajo el peligro inminente de un apocalipsis nuclear y derivaban
de eso su filosofía del sinsentido, hoy vivimos bajo lo que parece el comienzo
del apocalipsis climático y parece imperar una filosofía similar para la que no
fui formateado.
Y escribo, acá,
sobre lo que leo, aunque nadie me lea. Go figure.
Originales de las citas
“I had wanted
simply to convey to the reader by way of a concrete example that life holds a
potential meaning under any conditions, even the most miserable ones.” (l. 74)
“Logotherapy, or,
as it has been called by some authors, “The Third Viennese School of
Psychotherapy,” focuses on the meaning of human existence as well as on man’s
search for such a meaning. According to logotherapy, this striving to find a
meaning in one’s life is the primary motivational force in man.” (p. 98).
“man’s main
concern is not to gain pleasure or to avoid pain but rather to see a meaning in
his life.” (p. 113).
““a tragic
optimism.” In brief it means that one is, and remains, optimistic in spite of
the “tragic triad,” as it is called in logotherapy, a triad which consists of
those aspects of human existence which may be circumscribed by: (1) pain; (2)
guilt; and (3) death.” (p. 137).
“an optimism in
the face of tragedy and in view of the human potential which at its best always
allows for: (1) turning suffering into a human achievement and accomplishment;
(2) deriving from guilt the opportunity to change oneself for the better; and
(3) deriving from life’s transitoriness an incentive to take responsible
action.” (p. 137).