miércoles, 27 de abril de 2011

¿Cuántas veces violaste la ley hoy?

Las leyes son para todos pero si lo pensamos bien tendremos que confesar que las violamos muchas más veces de lo que nos damos cuenta. La gran mayoría de nosotros (los que hacemos y leemos este blog somos todos re-buenos) incumplimos en cosas muy chiquitas como cruzar mal la calle o no ceder el paso al entrar a una rotonda. A veces, esos incumplimientos son inconscientes; otras veces, se los justifica políticamente (“está bien, no pago todos mis impuestos, pero ¿qué me da el Estado a cambio si ni seguridad tengo?”); y en otras ocasiones es casi peligroso no incumplir. Un ejemplo típico es el de la rotonda: el que intenta ceder el paso corre riesgo de ser embestido por el que viene detrás.
Esta senda peatonal es un incumplimiento que enfrento todos los días y que a su vez me obliga a incumplir, porque me hace caminar por donde no corresponde.

Todos los días, tipo 7:45, tengo que cruzar esta calle.

La mitad de la llegada de esa senda peatonal está bloqueada permanentemente por un kiosco de revistas que supongo (quiero creer) que habrá sido habilitado por la Municipalidad de San Isidro. La otra mitad suele estar bloqueada por autos o, como se ve en la foto, por una moto.
La ley nos protege a todos. Cuando la ley deja de ser principio ordenador se producen más accidentes y conflictos. Cumpliendo la ley viviríamos mejor. Ser un país donde se cumpla más la ley es un sueño posible. 

2 comentarios:

  1. Se trata de luchar contra nuestra propia naturaleza. Cuando el hombre se dio cuenta que convivía con otros hombres, necesito crear reglas para fijar límites y establecer patrones de conducta. Pronto se dio cuenta que estos límites no sólo tenían que ver con los demás, sino con él mismo, con su propia conducta hacia los demás.

    Una tarde, de la mano de mi sobrina de 6 años, comencé a cruzar la calle para llegar a la heladería. Ella me tiró de la mano, y mirando hacia arriba me dijo: “No tío, por acá no. En el jardín nos dijeron que se cruza en la esquina” Sentí vergüenza y desde ese día le presto atención a aquellas pequeñas infracciones que uno tiende a cometer en la cotidianeidad de nuestras vidas.

    Me sumo al sueño de ser un país donde se cumpla un poco más la ley. Yo ya empecé…

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  2. Gracias, Gabriel. Sí, el contacto con los niños es muy especial en ese sentido. A mí me pasó hace poco cuando me preguntaron si los policías son buenos o malos... Me gustaría poder responder que son buenos con más seguridad.

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