viernes, 16 de septiembre de 2011

Ratas, víboras y mutantes


Ya hice tres posts sobre el caso Shoklender – Madres, pero los dichos de Bonafini casi que me dejan sin alternativa.

Mi primer comentario fue sobre lo que se oculta detrás de discursos únicos. Me sorprendía, y todavía sorprende un poco, el blindaje de las Madres de Plaza de Mayo. Ahora, Felisa Miceli por lo menos admite que pueden ser criticadas, pero apenas: “Las circunstancias son especiales. Las madres pueden ser criticadas, pero nosotros tenemos en la memoria los tiempos oscuros de la Argentina.” Lo que es casi como decir que si se las critica es porque no se tiene memoria. Después, en “Tres datos y tres títulos” hablé del desigual tratamiento mediático, que todavía vemos hoy: en su afán por minimizar los dichos de Shoklender como puro show, la tapa de Página/12 sigue firme en la defensa de Madres y del Gobierno.


Finalmente, en “De hijos y madres” discutí un poco esta rareza de la madre adoptando a un parricida y luego pidiendo que se pudra en la cárcel, pero no por haber matado a sus padres sino por haber defraudado. Ahora, Hebe dijo: “Hace muchos años que el Parlamento era nada más que un nido de ratas. Hoy se volvió a abrir. Ahí están todos juntos, desde las 10 de la mañana: las ratas con las víboras.” No sé qué dirá la bancada oficialista de esto; si quedara un mínimo de respeto por la institución parlamentaria debería haber, como mínimo, una fuerte resolución al respecto. Hay que remarcar, además, que Hebe no diferencia: porque para ella todo es absoluto, siempre, y por sus dichos se desprende que todos los diputados son igualmente roedores. Pero, nuevamente, sorprende este cambio brutal; de ser su hijo adoptivo, en poco tiempo Sergio Shoklender pasa a ser una víbora.

Parece que en el zoológico de Hebe hay muchos animales y mucha mutación, según convenga al momento político.

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