Post por encargo
Natalia Torres
@natowers
Salimos un poco espantados del
volcán porque una nube nos tapaba; empezaban a caer unas gotas y todo se volvía un poco resbaladizo.
De regreso a San Salvador
cruzamos algunos puestitos improvisados a la vera del camino. Unas nenas vendían
moras, mangos, todas frutas fresquísimas, una muestra de esa generosa
naturaleza, y de la existencia de comunidades por allá dentro, en ese verde
impenetrable de los cafetales. Algunos vendían gaseosas y cerveza fresca.
Otros, además, funcionaban como teatros deportivos. Cuando vi el escudo del
club en ese paredón perdido a 1.500 metros de altura cerca del volcán no pude
resistirme. Bajé y le pregunté a él si podía sacar una foto. Hablamos. Parece
ser que también allí, el Barca enamora, y junta almas para festejar al gran
Lío. No sé bien bien cómo fue el diálogo, pero él quiso posar. Y sonrió cuando
le pregunté: “¿el verdadero reemplazante del Pep?”
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