Resulta que estoy en el tren,
apoyado contra la puerta que no da al andén, con calor. Mi BlackBerry, como
tantas veces, me deja a mitad de camino. Si se hubiera colgado al toque de
salir, sacaba el libro. Pero no. Se colgó a la mitad del viaje mientras buscaba
no sé qué cosa y entonces ya no da sacar el libro del pibe que habla de
animalitos, el libro que no logro terminar y que quiero terminar aunque quizás
no debería intentar terminar. Y hace calor. Ya sé, ya lo dije. Pero hace. Estoy
con ganas de llegar a casa. Son casi las ocho y sigue haciendo calor y quiero
llegar a casa y que vuelva mi BlackBerry así puedo tuitear porque ya no da
sacar el libro. En eso veo que el tipo que está al lado saca su BlackBerry y la
eleva. Miro para ver a qué le va a sacar una foto y veo que apunta al
tubo de luz, y que está lleno de telarañas pero no como esta de acá, sino
telarañas feas, sucias, un enjambre sin belleza geométrica. Le digo al flaco,
"guau: tremendo lo
sucio que está esto, ¿no?" Me mira y me dice "sí, sí, pero lo mejor
es verlas trabajar". Entonces lo miro y me dice "está lleno de
arañitas, ¿las ves?" Empiezo a ver una y otra y pienso en sacar la foto y
después pienso que no se vería nada con las fotos de mierda que saca la
BlackBerry y bueno, ahí arriba está, la foto horrible, de la BlackBerry que no
anda, sacada cuando el tren se para entre dos estaciones porque tampoco anda,
como tampoco anda Internet ahora, en este preciso instante, cuando escribo este
post. Ahí arriba, en la foto, la mancha que está del medio un toque a la
derecha, justo arriba del tubo, es la arañita, créanme. Es bastante grande la
arañita, que va y viene, como todos nosotros en este tren, con este calor, sin
servicio de datos en el teléfono, balanceándonos como la arañita, como el
elefante, en una red sin belleza geométrica, desconocida, pegajosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario