miércoles, 28 de noviembre de 2012

Una arañita se balanceaba



















Resulta que estoy en el tren, apoyado contra la puerta que no da al andén, con calor. Mi BlackBerry, como tantas veces, me deja a mitad de camino. Si se hubiera colgado al toque de salir, sacaba el libro. Pero no. Se colgó a la mitad del viaje mientras buscaba no sé qué cosa y entonces ya no da sacar el libro del pibe que habla de animalitos, el libro que no logro terminar y que quiero terminar aunque quizás no debería intentar terminar. Y hace calor. Ya sé, ya lo dije. Pero hace. Estoy con ganas de llegar a casa. Son casi las ocho y sigue haciendo calor y quiero llegar a casa y que vuelva mi BlackBerry así puedo tuitear porque ya no da sacar el libro. En eso veo que el tipo que está al lado saca su BlackBerry y la eleva. Miro para ver a qué le va a sacar una foto y veo que apunta al tubo de luz, y que está lleno de telarañas pero no como esta de acá, sino telarañas feas, sucias, un enjambre sin belleza geométrica. Le digo al flaco, "guau: tremendo lo sucio que está esto, ¿no?" Me mira y me dice "sí, sí, pero lo mejor es verlas trabajar". Entonces lo miro y me dice "está lleno de arañitas, ¿las ves?" Empiezo a ver una y otra y pienso en sacar la foto y después pienso que no se vería nada con las fotos de mierda que saca la BlackBerry y bueno, ahí arriba está, la foto horrible, de la BlackBerry que no anda, sacada cuando el tren se para entre dos estaciones porque tampoco anda, como tampoco anda Internet ahora, en este preciso instante, cuando escribo este post. Ahí arriba, en la foto, la mancha que está del medio un toque a la derecha, justo arriba del tubo, es la arañita, créanme. Es bastante grande la arañita, que va y viene, como todos nosotros en este tren, con este calor, sin servicio de datos en el teléfono, balanceándonos como la arañita, como el elefante, en una red sin belleza geométrica, desconocida, pegajosa.

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