viernes, 21 de diciembre de 2012

El cuento de la buena pipa

Hace un par de semanas fui a hacer un trámite y en el edificio me recibió un guardia de seguridad que desde el primer momento me llamó la atención. Estaba sentado en un banco alto sobre el que vi una radio vieja y una pipa. Noté la pipa al instante, toda una rareza. Vi que leía un libro pero no logré ver el título ni me animé a preguntar qué era mientras yo le decía que iba al quinto piso y él anotaba en un cuaderno mi nombre, apellido y DNI. 

A la semana volví. Yo hablaba por teléfono cuando entré y le dije a la persona con quien hablaba que la tenía que dejar porque estaba entrando al lugar al que iba y tenía que charlar con una persona fuera de lo común, un guardia de seguridad que fuma pipa. Creo que los dos se sorprendieron. El guardia se llama Cristian. Fuma pipa, dibuja y me dijo que supo tener una gran biblioteca de cine. Mientras subía por el ascensor al quinto piso lo escuche tararear Strangers in the Night. Al bajar le di la mano y le deseé felices fiestas.

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