Leí 100 Years of the Best American Short Stories, hermosa colección editada por Lorrie Moore (genia) y Heidi Pitlor.
Me siento a escribir mi apunte de lectura, como hago con cada libro que leo hace tanto tiempo, y no puedo sino empezar diciendo esto: tardé más de dos meses en leer este libro. Y en el medio no leí nada más (digo, más allá de periódicos, de Twitter, de las cosas que leo por trabajo, y que me fanaticé con la serie The Americans). Y es raro, porque normalmente leo un libro cada dos o tres semanas. Y es un libro largo, pero no tanto: setecientos y pico de páginas. Cuarenta cuentos: ¿cómo vas a tardar más de dos meses en leer 40 cuentos? ¿No te gustó? ¿Ni un cuento por día? Explica eso en parte la situación personal, con rutinas aún no armadas, y en otra parte que una colección de cuentos no te agarra tanto como una novela, por ejemplo. Habiendo dicho eso, es una colección hermosa.
Me encontré con viejos amigos: con “Brothers” de Sherwood Anderson; “My Old Man” de Ernest Hemingway, el del padre jockey de carreras; “The Enormous Radio” de John Cheever, en la que una pareja compra una radio que sintoniza los departamentos de los vecinos (“Ella escuchó demostraciones de indigestiones, amor carnal, vanidad abismal, fe y desesperanza.”, p. 165). Nos encontramos, casi uno al lado del otro, al joven David de “Pigeon Feathers” (John Updike) que se esfuerza por mantener la fe cristiana, y al joven judío Ozzie que se mete en problemas con el rabino por preguntar por Jesucristo en “The Conversion Of The Jews”, de Philip Roth. (Ese cuento contiene esto: “Para Yakov Blotnik la vida se había fraccionado a sí misma de manera muy sencilla: las cosas o bien eran-buenas-para-los-judíos o bien no-eran-buenas-para-los-judíos.” p. 218) Otros cuentos releídos con extremo placer: “Everything That Rises Must Converge” de Flannery O’Connor, “Will You Please Be Quiet, Please” de Raymond Carver, “Fiesta” de Junot Díaz, “Awaiting Orders” de Tobias Wolff, “Friend of My Youth” de Alice Munro.
Disfruté mucho de cosas de autores de los que leí poco, como “The Whole World Knows” de Eudora Welty, o el tremendo “By the River” de Joyce Carol Oates. Y confirmé que no me vuelven loco los postmodernos (aunque claro que tiene lo suyo “The School”, de Donald Barthelme.)
Finalmente,
disfruté mucho con algunos autores que no conocía: en “I Stand Here Ironing” de
Tillie Olsen, una madre reflexiona sobre su hija. En “Friends”, de Grace Paley,
unas amigas acompañan a una que está cerca de la muerte y reflexionan
sobre la vida que vivieron juntas y lo que viene: “La gente sí quiere ser joven
y bella. Cuando se ven en la calle, sean varones o mujeres, si se están
poniendo viejos se miran a las caras un poco avergonzados. Es muy claro que
quieren decir perdón, no quise llamar la atención a la mortalidad y la gravedad
al mismo tiempo.” (p. 347) Me encantó un cuento de Charles Baxter, a quien
nunca había leído: “Harmony of the World” reflexiona sobre la pasión y el
talento, la gloria y la armonía. Fuertísimo en el buen sentido “Lawns” de Mona
Simpson y carveriano “Helping” de Robert Stone, una ventana a un mundo nuevo
“If You Sing Like That for Me” de Akhil Sharma. Increíblemente bien logrado
“Diem Perdidi” de Julie Otsuka, sobre una madre con Alzheimer o senilidad; y un
hallazgo Lauren Groff, con “At the Round Earth’s Imagined Corners”: un cuento
corto que, como “The Third and Final Continent” de Jhumpa Lahiri, también en la
colección, cuenta en pocas páginas una vida entera y un mundo desconocido.
En definitiva, una
colección hermosa por la cantidad de cuentos brillantes. Y porque define un
poco las posibilidades casi infinitas del género. Como dice Lorrie Moore en la introducción,
entre muchas otras cosas, (y de otra manera, pero yo lo junto y le doy más
enters):
“Un cuento es un
ruido en la noche. (...)
Al escritor de un
cuento corto
lo mandan por un
camino para ver qué quieren
realmente
los lectores
para poder
consolarlos (...)
Los cuentos cortos
son sobre problemas
en la mente. (...)
Un cuento corto es
sobre el amor.
Pero no es una
historia de amor. (...)
El cuento corto es
la mente humana
en su forma más
aventurera.”
Originales de las
citas
“She overhead
demonstration of indigestions, carnal love, abysmal vanidad, faith, and
despair.” (p. 165)
“For Yakov Blotnik
life had fractionated itself simply: things were either good-for-the-Jews or
no-good-for-the-Jews.” (p. 218)
“People do want to
be young and beautiful. When they meet in the street, male or female, if
they’re getting older they look at each other’s faces a little ashamed. It’s
clear they want to say, Excuse me, I didn’t mean to draw attention to mortality
and gravity all at once.” (p. 347)
“A story is a
noise in the night.” (Introducción)
“A short story
writer is sent out on the road to see who her readers actually are in order to
console them.”
“Short stories are
about trouble in mind.”
“A short story is
about love. Yet it is not a love story.”
“The short story
is the human mind at its most adventurous.”
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